sábado, 9 de julio de 2011

Déficit de áreas verdes persiste, pese a que se suman proyectos

Déficit de áreas verdes persiste, pese a que se suman proyectos


09 JUL 2011 Plantación de palmeras en las áreas urbanas continuará
La falta de áreas verdes en la ciudad preocupa a los ambientalistas, quienes consideran que extensas zonas de la urbe se han quedado sin estos espacios debido al crecimiento desordenado de la ciudad.Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), se recomienda que una ciudad preserve o cuente con un mínimo de 9 m² por habitante de espacio verde, para la efectiva mitigación de efectos ambientales negativos como la contaminación. Sin embargo, las cifras que maneja el Municipio dicen que Guayaquil tiene 7 m².Hay ciertas áreas que sí tienen espacios verdes, sea parques o manchas de vegetación natural, pero hay muchas más que tienen poco o nada, señaló Eric Horstman, presidente de la Fundación Pro-Bosque, quien agregó que “es preocupante en las zonas populares, donde no hubo la debida planificación desde el inicio, de identificar y proteger las áreas verdes. Ahora es difícil por la expansión urbana que ha tenido Guayaquil en los últimos años”.Amplios sectores como Bastión Popular, Guasmo, isla Trinitaria, suburbio de Guayaquil y cooperativas del noroeste cuentan con pequeñas áreas verdes que en su mayoría son parques descuidados por el Cabildo. En estas zonas existen algunos terrenos vacíos que podrían ser utilizados para crear espacios verdes. Esta situación contrasta con ciudadelas como La Ferroviaria, Kennedy, La Alborada, Sauces, entre otras, donde la presencia de parques lineales o áreas verdes es más notoria que en el sur de la ciudad, donde se observa un panorama de asfalto y cemento.Habitantes de los sectores que no tienen suficientes espacios verdes consideran que colocar árboles en un parterre no satisface las necesidades ambientales de un barrio, porque “aunque esas plantas mejoran la imagen de la vía, a quienes transitamos por aquí no nos proporciona sombra para protegernos del sol”, manifestó Diego Haro, quien vive en la avenida Portete. Según Daysi Vargas, que también habita en esta avenida desde hace 30 años, las autoridades deben diseñar un plan sustentable que permita disponer de amplios espacios naturales de recreación.“No tenemos parques en los que podamos sentarnos tranquilamente, en familia, a disfrutar de la naturaleza. Solo el parterre tiene palmeras que ni siquiera nos protegen del sol”, expresó la madre de tres hijos.Para Fabián Castillo, director de Operaciones de Sambito, empresa que asesora al Municipio en crear y mantener áreas verdes, el sector sur requiere de una mayor implementación de estos espacios principalmente de parques, para que estos cumplan su doble propósito: beneficio ambiental y esparcimiento de la ciudadanía.No obstante, el Municipio informó que se inaugurarán 4 parques en la parroquia Febres Cordero, 14 en Ximena y 27 en Tarqui. Además se ejecutan otros 19 en diferentes zonas de la ciudad.Mientras que el Ministerio del Ambiente busca aliviar el déficit de áreas verdes en el norte con la creación del parque ecológico Samanes, que tendrá 379,79 hectáreas y se lo entregará en el 2013, con lo que se incrementarían tres metros al promedio por cada habitante, para llegar al parámetro mínimo de la OMS. Para ello –recomiendan los ambientalistas– se deben plantar mínimo tres árboles por cada seis personas, debido al incremento poblacional.Pero, además, se deben preservar las áreas que ya existen y para ello se requiere de una mayor participación ciudadana, pues son seres vivos que necesitan de riego, podas y limpieza del perímetro donde están ubicados.Una de las razones por las que se han perdido bosques en las zonas periféricas de la urbe es la deforestación, a causa de los nuevos asentamientos y la creación de urbanizaciones en las vías a la costa, Daule y Terminal Terrestre-Pascuales.“Este problema produce el 20% de gases invernaderos en el mundo y, en Ecuador, representa el 60%”, dijo Horstman, quien indicó que los bosques secos de la Costa están en peligro crítico de extinción.“La tarea es sembrar árboles nativos para ayudar a la madre naturaleza con los procesos de regeneración natural de estos bosques, que representan el 2% en este ecosistema. Caso contrario, se perderán especies únicas como la madera negra, cocobolo, papagayo de Guayaquil y el mono aullador”, dijo.En la ciudad también se pone en peligro la preservación de árboles adultos con los trasplantes que se realizan en diversos sectores por la ejecución de trabajos en pro del desarrollo urbano de la urbe.Aunque el hacer este proceso tiene una tasa de mortalidad del 20%, para Nebot “el problema debe ser entendido en su globalidad; si se muere un árbol, pero se siembran 10, ¿hemos perdido o ganado en áreas verdes? Hemos multiplicado las áreas verdes de 0,5 m² por habitante (cuando asumió la competencia) a 7 m²”.

@fundacionecosol

http://unvrso.ec/0001RJ4

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